“El riesgo Italia no es diverso de el de toda la economía mundial”
Después de los crac de los
holding italianos Cirio y Parmalat, varios observadores económicos han hablado
de “riesgo Italia”. A nuestro
juicio, la economía y las finanzas italianas no constituyen riesgos mayores con respecto de aquellos de la
economía y de las finanzas mundiales. La conversión de la economía en
operaciones financieras ha causado una transferencia colosal de recursos de la
economía real a las finanzas especulativas. Por esta razón, las empresas que
actuan en la economía real (producción, comercio, servicios) no tienen recursos
suficientes para efectuar las inversiones necesarias.
Las finanzas especulativas han provocado un crecimiento de la concentración
de la riqueza. Por lo tanto se han reducido el consumo y, consecuentemente, la
producción de riqueza real. Están muchas, en todo el mundo, las empresas
industriales y comerciales con considerables pérdidas de gestión, porque los
ingresos no logran cubrir los costes de producción y los gastos financieros. La
única respuesta del sistema bancario y financiero internacional fue el
procedimiento usual de llevar las empresas con pérdida en la especulacíon,
provocando en éstas la perspectiva de cubrir pérdidas reales con rentas
virtuales pero, efectivamente, para valerse de sus bienes (medios de
producción) para efectuar otras operaciones financieras.
Bancas, sociedades auditoras, las mismas instituciones públicas toleran,
cuando no multiplican, la propensión a las finanzas virtuales. Lo hacen tanto
por razones de carácter monetario, como para mantener activa y aumentar la
cantitad de las operaciones financieras, de las que son sacados los recursos
líquidos necesarios para pagar dividendos y intereses de otra manera
inexistentes.
Se ha llegado al punto de que las bancas hacen emitir obligaciones a largo
plazo participadas por éstas, que nunca podrán ser reembolsadas, con el solo
objeto de recibir las remuneraciones para la inversión con las que cubren las
pérdidas. Esto lo hicieron en el 2003 los más grandes grupos bancarios de
muchos Países europeos y asiáticos y de los Estados Unidos.
Enron, las obligaciones argentinas, Cirio y Parmalat no son sino puntas de
muchos iceberg que están saliendo a la luz y que en un año y medio se
manifestarán en toda su gravedad, provocando aquella catástrofe monetaria y
financiera que los libres economistas de todo el mundo previeron desde
hace tiempo.
La crisis del dólar con respecto del euro y la consiguiente crisis también
del euro, puesto que está garantizado para dos tercios por dólaros, harán
perder a todas las monedas gran parte de su poder adquisitivo.
En los últimos años, el valor real de la producción, medida a precios de
1985, se ha reducido enormemente. Se ha llegado a la paradoja de que el
producto internacional bruto es determinado por la masa y por la circulación
monetaria. Es un engaño, que sirve solamente para mantener el status quo del
sistema monetario y financiero y para tranquilizar el público acerca de la
marcha de las deudas públicas. No existe un solo estado que sea capaz de
reducir la deuda pública. Para pagar capitales y intereses son contraidas
siempre nuevas deudas de importe superior a las que se extinguen.
Ésta es la realidad que la gente tiene que conocer. Historicamente, sabemos
que la ignorancia del pueblo permite al poder mantener su hegemonía hasta
cuando todo se derrumba. Cuando ocurra, se asistirá, como siempre, a la
“venganza de la ignorancia”.
Cuando el pueblo, que durante años ha sido mantenido a oscuras de la real
situación, se encuentra que sufre los efectos de un crac que compromete su
existencia material y causa las condiciones mínimas de vida, reacciona con
rabia, emoción, y violencia. De las “ruinas” de esta violencia, se vuelve a
partir para rehacer un sistema casi idéntico a lo precedente. Esto ocurrió en
política, en economía, en los costumbres, en todos los sistemas que cayeron en
crisis.
La quiebra de las empresas de la economía real será la primera señal del
futuro crac. Sucederá el crac de las bancas y de las grandes sociedades
financieras internacionales, que no lograrán más “mantener el medio” a través
de que logran todavía, en poco tiempo, afrontar los compromisos asumidos con
los inversionistas. Este doble crac provocará el monetario. Las monedas, hoy
consideradas como medios de inversión solo porque producen renta financiera, no
podrán resistir a la enorme diferencia entre su valor real (lo que realmente
representan) y el nominal.
Y será el caos. El poder adquisitivo de las monedas perderá hasta el 95 por
ciento. El precio del oro y de los otros metales preciosos antes aumentará a
niveles inimaginables, y después bajarán presurosamente, porque el oro, el
platino y los diamantes no son energía, ni agua, ni comida, ni salud, ni medios
de producción.
No se trata de catastrofismo sino de lógicas previsiones de la realidad que
nos espera y que podemos modificar solamente si nos damos cuenta de que así no
se puede más avanzar. Y se tomamos conciencia de que el sistema artificial que
inventamos y de que estamos orgullosos ha diventado demasiado insostenible para
el sistema natural, incluido el mismo sistema humano. Tenemos que informarnos,
estudiar, pensar, comprender y actuar. Libremente. Antes de que la flor de
loto, que se duplica todos los años, haya cubierto el entero lago y sin olvidar
que, a comienzos del último año, mitad del agua del lago está todavía libre.
Enero de 2004.
El presidente
Rodolfo Marusi Guareschi